La Ria de Ares siempre ha estado ahí. Desde que los primeros habitantes supieron ver el potencial de este lugar para vivir y desarrollar su comunidad, la Ría de Ares ha proporcionado, en comunión con la tierra, todo lo que sus habitantes podían demandar. Hoy en día, las cosas han cambiado, pero la Ría sigue ofreciéndonos un entorno privilegiado para el desarrollo y el disfrute de sus gentes y visitantes.

De  tradición marinera, Ares y su Ría  cuentan con todos los recursos necesarios para la práctica de la mayoría de especialidades que conforman la náutica de recreo, así como para la definición de un verdadero producto turístico sostenible, basado en el Turismo náutico, que sirva para poner en valor de nuevo todas las potencialidades del territorio y que contribuya a la conservación, protección y restauración del ecosistema y al presente y futuro de sus habitantes.

La Ría de Ares, que constituye un auténtico refugio natural, se abre con una boca de 3,2 M entre la Punta de Coitelada y la de Seixo Branco  y se divide en dos brazos: uno hacia el E -Ría de Ares- y otro hacia el S-SE Ría de Betanzos .En el primero se sitúan el puerto de Ares que es uno de los mejores de la zona, ofertando un gran número de plazas de amarre y servicios, con experiencia en la organización de eventos y la gestión de una escuela de vela.

En ella encontramos también Redes, núcleo marinero situado a pocos kilómetros de Ares que ha recibido numerosos premios y elogios por la extraordinaria conservación de las tipologías constructivas tradicionales y que constituye un claro ejemplo de cómo la preservación del patrimonio arquitectónico puede llegar a ser un aspecto importante en la diversificación y en la mejora de la calidad de vida, ya que se está convirtiendo en un auténtico recurso turístico.